En la Inglaterra del siglo XVIII, Winter Makepeace lleva una doble vida: de día, es el estoico director de un hogar para niños abandonados; de noche, se transforma en el Fantasma de St. Giles, un justiciero enmascarado. Cuando Isabel Beckinhall, una aristócrata desafiante, se ofrece a enseñarle los modales de la alta sociedad, Winter se debate entre su creciente atracción por ella y la necesidad de proteger su secreto. Mientras tanto, la desaparición de niñas en St. Giles obliga al Fantasma a arriesgarlo todo para hacer justicia, incluso su hogar, su amor por Isabel y su propia vida.