En 'Cómo el leopardo cambió sus manchas', Brian Goodwin desafía las teorías de Darwin y argumenta que la evolución puede entenderse como un proceso impulsado por las propiedades intrínsecas de la materia viva, en lugar de ser dirigida únicamente por la selección natural. El autor muestra cómo estructuras complejas, como alas u ojos, pueden surgir a través de pasos simples y auto-organizativos. Este enfoque ofrece una nueva perspectiva sobre la biología, transformando el individualismo competitivo en una ciencia de cualidades.