En 1860, en China, muchas personas confiaban en Flashman: la hija del vicario inglés con su cargamento de opio, Lord Elgin en busca de un jefe de inteligencia, la concubina del emperador, que buscaba un campeón en sus luchas por el poder, y Szu-Zhan, la colosa bandida experta tanto en las artes del amor como en las de la guerra. No sabían que, tras su Cruz Victoria, Harry Flashman era un cobarde y un charlatán. Lo tomaron al pie de la letra, y él los tomó a ellos por todo lo que pudo, mientras China se agitaba en la guerra civil más sangrienta de la historia y los ejércitos británico y francés se abrían paso a golpe de hacha hasta el corazón de la Ciudad Prohibida.