Notascript billetes,bonos y acciones antiguas . Una acción de "Hauts-Forneaux,Forges & Aciéres de Malaga" España (antigua Herrería Heredia) 1899
Estado (opinión): Bueno (F). Medidas : 23,5 cm x 34,6 cm. promedio-grande) Impreso por: Imp. V Thiry ,Jumet. Una firma manuscrita a la derecha y 1 de 1cm en el margen superior Cortes o roturas: 1 de unos 8mm encima de la letra H de Hauts-Forneaux en el título.
Fabricación y tratamiento de hierro, acero y otros metales, explotación de minas.
Empresarios Belgas compraron la antigua Herreria Constancia que pertenecía a SA Herrería Heredia la cual recibió acciones de la presente sociedad "Hauts-Forneaux,Forges & Aciéres de Malaga" en renumeración convirtiéndose en accionista,
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Vea mas abajo información relacionada encontrada en la web :
IntroducciónNuestro conocimiento sobre la moderna siderurgia española se ha benefi-ciado de múltiples trabajos publicados desde mediados de la década de 1970. Existe, sin embargo, un tema prácticamente virgen: la historia de la antigua fábrica de Heredia entre 1899, año en el que fue vendida a Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga, y 1924, fecha en la que cerró Altos Hornos de Andalucía, su sucesora. Una documentación inédita que hemos encontrado en archivos de París, Roubaix y Antequera nos ha permitido llenar ese vacío historiográfico.El artículo consta de cinco partes. En la primera reseñamos las fuentes que hemos utilizado. La segunda es una síntesis de la historia de las dos fábricas de Heredia. La tercera versa sobre Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Mala-ga. En la cuarta nos ocupamos de la historia de la factoría una vez adquirida por Altos Hornos de Andalucía y, para concluir, sistematizamos las razones que explican el fracaso del intento de resucitar la siderurgia malagueña.
Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga (1899-1907)
En 1897, Tomás Heredia Grunt y el empresario e ingeniero belga Émile Bo-nehill comenzaron a negociar cómo reflotar La Constancia.20 Émile era nieto de Thomas Bonehill, un inglés emigrado a Bélgica que en 1855 fundó Lami-noirs de l’Espérance en Marchienne-au-Pont, junto a Charleroi, corazón del «Pays Noir». Sus hijos incorporaron al patrimonio unos altos hornos y otra fundición de hierro creando en 1891 Usines Bonehill Frères, de la que Émile era director.21La negociación llegó a buen puerto y en mayo de 1899 se constituyó Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. La sociedad, con sede social en Mar-chienne-au-Pont y sede administrativa y de explotación en Málaga, adquirió la S.A. Ferrería de Heredia remunerando a sus propietarios con 15.000 accio-nes de 100 francos cada una y luego emitió otras 20.000 del mismo valor, con lo que su capital social ascendía a 3,5 millones de francos. Las 20.000 acciones fueron suscritas de este modo: Émile Bonehill y su madre 1.950 y 2.000 respec-tivamente; M.J. Brunner et Cie., empresa belga con negocios bancarios, side-rúrgicos, eléctricos y de cemento, 1.600; la Banque Française de l’Afrique du Sud 1.000; cuatro accionistas belgas y franceses (Amour Sottiaux, Gérard Du-four, Charles Charpentier y Henri Lippens) compraron cada uno más de 1.000 acciones sumando entre ellos 4.855 y las otras 8.595 fueron adquiridas por 60 personas de apellidos franceses y belgas. Así pues, los máximos accionistas eran los Heredia con un 42% del capital y Émile Bonehill y su madre con un 11%. Los estatutos también contemplaban la posibilidad de emitir obligacio-nes, lo que se hizo en 1900 para ampliar y mejorar las instalaciones sacando a bolsa 2.000 de 500 francos cada una al 4,5% de interés.22El consejo de administración quedó formado en principio por seis accio-nistas. El industrial belga Amour Sottiaux fue nombrado presidente. El ban-quero de Bruselas Joseph Brunne y Émile Bonehill pasaron a ser administradores y los otros tres consejeros fueron Tomás Heredia, Jorge Loring y Gérard Dufour, ingeniero belga. La prensa de Bruselas destacaba que Loring había sido elegido por su influencia política ya que era diputado y en 1900 se incor-poró al consejo Francisco Silvela, casado con Amalia Loring y Heredia, polí-tico acostumbrado a favorecer intereses de empresas para las que trabajaba como abogado o de las que era accionista y que compaginó este cargo con el de presidente del gobierno entre 1899 y 1900 y 1902 y 1903.23Un informe encargado por Bonehill al ingeniero de la Cockerill M. Hiertz y el rapport de mission del Crédit Lyonnais exponen las razones que animaron a crear la empresa: elevada protección arancelaria, altos precios y posibilidad de competir con las fábricas del norte.24 Ambos informes reproducen en efec-to los elevados derechos arancelarios que pesaban sobre todo tipo de bienes siderúrgicos.25 En cuanto a los precios, los ingenieros no estaban equivocados ya que el del lingote –input de todos los bienes siderúrgicos– pasó de 70 pese-tas la tonelada en 1896 a más de 100 entre 1899 y 1909.26 Finalmente, los in-formes sostenían que la fábrica podía resultar competitiva por su tecnología y costes y por su cercanía al mercado de lingote de la industria cuprífera de Huel-va y a los mercados de colado, hierro dulce y acero del Mediterráneo español:El sur de España es un buen mercado de hierro colado gracias a las fábricas de cementación de cobre (Rio Tinto, Tharsis, etc.) y cada día es más industrial (minas, fábricas de azúcar, hilaturas etc.) [...] Los derechos arancelarios actuales y los costes que se pueden obtener en la fábrica permitirán beneficios en el cola-do, productos laminados, piezas moldeadas y mecánicas [...] Sin embargo, para sacar todo el partido al negocio, creo que es preciso añadir a las instalaciones un horno Martin que abastezca de lingote de acero a los trenes. (Rapport de M. Hiertz, traducido al español por los autores).El importante mercado de Huelva está más cerca de Málaga que de los otros centros de producción de colado situados en el norte de España [...] Por esta ra-zón, si la fábrica se halla en condiciones normales de funcionamiento, el colado de Málaga puede competir con el de Bilbao en este mercado [...] El colado y otros productos pueden abastecer las regiones de Gibraltar, Málaga,Cartagena, Almeria,Murcia, Alicante, Valencia y Barcelona. (Rapport de mission del Crédit Lyon-nais, traducido al castellano por los autores).Hiertz propuso construir un alto horno con un rendimiento diario de 100 toneladas provisto de cuatro toberas, una máquina sopladora y tres recupera-dores de gases Cowper y notificó que el resto de las instalaciones estaban en buen estado (un taller de moldeado de lingote y otro de pudelaje con ocho hor-nos, uno de laminación con dos hornos de recalentar y seis trenes, los talleres de reparación y el laboratorio). Aconsejó no obstante estas mejoras: construir un horno Martin-Siemens para producir acero; añadir tres trenes de lamina-ción de nuevos perfiles; organizar mejor el taller de moldeado y conectar la fá-brica con el puerto mediante un pequeño ferrocarril o un cable aéreo ya que el transporte se hacía a lomos de mula.El ingeniero de la Cockerill realizó una estimación de costes muy optimis-ta. La sociedad era propietaria de varias concesiones de mineral de hierro en Casariche (Sevilla) adquiridas previamente por los Heredia. Las reservas esti-madas ascendían a 2,5 millones de toneladas de una mena rica (48-50% de Fe), poco fosforosa (0,058 de P) y muy reductible. El laboreo debía ser subterráneo y era preciso instalar un cable aéreo de 8 kilómetros que conectara las minas con la estación de Casariche, en la línea del ferrocarril de Córdoba a Málaga, a 114 kilómetros de la fábrica. El coste a bocamina sería de 4 pesetas la tone-lada y el de acarreo de 3, o sea, de 7 a pie de alto horno, un coste tan bajo que Hiertz recomendó en su informe exportar parte del mineral. El coque debía suministrarlo a un precio de 37,5 pesetas la tonelada la Peñarroya porque al comprar las minas de Belmez heredó un antiguo contrato entre La Constan-cia y Ferrocarriles Andaluces. La castina se obtendría de un yacimiento de ca-liza cercano a 4 pesetas la tonelada. Añadiendo a estas materias primas unos gastos salariales y generales bajos, el coste de la tonelada de arrabio sería de 62,42 pesetas (cuadro 2).Según el ingeniero, las minas producirían alrededor de 200.000 toneladas anuales de las que parte se exportaría con un beneficio medio de 4 pesetas y el resto se beneficiaría para producir unas 40.000 toneladas de arrabio del que un 65% se vendería en Huelva y fachada mediterránea obteniendo beneficios unitarios de unas 30 pesetas. El otro 35% sería pudelado a un coste de 173 pe-setas la tonelada. El cálculo de beneficios fue el siguiente: 400.000 pesetas por la exportación de mineral de hierro; 1.200.000 por la venta de lingote y mol-deado y de 300 a 400.000 por la de laminados. O sea, unos dos millones por ejercicio.Conocedor de que el acero Martin-Siemens tenía costes menores que el hie-rro dulce y condiciones mecánicas similares, Hiertz sugirió instalar un horno abierto para producirlo por el método scrap process (arrabio y chatarra pro-cedente tanto de desechos de la fábrica como adquirida en el mercado).
mó que el horno produciría unas 14.500 toneladas anuales con un coste medio de 152 pesetas y que el de la tonelada de laminados sería de 217, obteniéndo-se así 800.000 pesetas de beneficios. El informe debió ser determinante para que Bonehill decidiera liderar un proyecto que inmediatamente tuvo gran publicidad en la prensa belga y fran-cesa como prueban numerosos recortes que se han conservado en el archivo de Roubaix. A título de ejemplo, el 29 de abril de 1899 la Revue Financière pu-blicó un artículo en el que reproducía datos del informe de Hiertz, añadiendo que otra credencial de la empresa era el éxito que Bonehill había tenido al re-flotar en 1895 los Altos Hornos de Toula, en Rusia. «¡Dépêchez-vous donc, ca-pitalistes belges!»Así terminaba el artículo.
La siderurgia malagueña (1899-1924)
328
de 1900 dejó la fábrica sin ningún ingeniero. Toda la sección del alto horno está
dirigida por un simple contramaestre de Bilbao, buen fundidor pero insuficiente-
mente instruido [...] El resto de la fábrica está también dirigido por contramaes-
tres. Hay pues una falta absoluta de dirección general y dirección técnica, lo que
es especialmente grave en España y sobre todo en Andalucía.
(
Rapport de mission
del Crédit Lyonnais, traducido al castellano por los autores)
.
El personal comprende 650 obreros, la mayoría de la región, bastante medio-
cres como trabajadores, mal nutridos y mal pagados. Los obreros del alto horno
ganan 10 reales (2,5 pesetas) por día con 12 horas de trabajo; los pudeladores 11
reales (2,75 pesetas) [...] Los obreros son muy apáticos, muy independientes y de-
ben ser dirigidos con gran energía. Si se les deja tomar la costumbre de actuar a
su aire, trabajan muy mal; no se puede obtener de ellos un trabajo regular si no es
vigilándolos de cerca [...] La dirección actual no sabe dirigir al personal de la fá-
brica.
(
Rapport de mission
del Crédit Lyonnais, traducido al castellano por los au-
tores)
.
Como se verá más adelante, el problema de la dirección debe ser tenido en
cuenta, pero nos centraremos ahora en el del coque ya que los ingenieros del
Crédit Lyonnais pusieron el dedo en la llaga. El cuadro 3 recoge, desglosados,
los costes del arrabio de las fábricas vizcaínas y asturianas en 1899 y de Hauts
Fourneaux en 1901. Los gastos de mineral de hierro y coque suponían por tér
-
mino medio más del 80% de los costes arrojando diferencias de hasta 39 pese-
tas entre las empresas, mientras que castina, salarios y otros gastos ascendían
al 20% y presentaban diferencias de no más de 11 pesetas. Por consiguiente, el
grueso de la desigualdad de costes residía en los gastos de mena y coque. Ana-
lizaremos esos gastos desde una perspectiva primero regional. En el cuadro 4
se observa que la ventaja vizcaína descansaba fundamentalmente en los gas-
tos de un mineral de hierro de Somorrostro blando, reductible y concentrado
verticalmente, aunque también la moderada cantidad de coque inglés consu-
mida coadyuvaba a que sus costes fueran los más competitivos
30
. Asturias gas-
taba en coque menos que Vizcaya, pero ello no compensaba su mayor gasto
en mineral de hierro.
31
Finalmente –y aunque su gasto en mena de hierro era
algo menor que en Asturias–, la desventaja malagueña provenía del precio del
coque y de la cantidad beneficiada.
30.
Sobre la concentración vertical de mineral de hierro de Somorrostro con Altos Hor
-
nos de Bilbao
, La Vizcaya y San Francisco y sobre el consumo de coque inglés, Escudero (2003).
31.
La F
elguera y Mieres mezclaban mena de hierro asturiana concentrada verticalmen-
te dura y poco reductible con mineral vizcaíno comprado a precio de mercado, lo que explica
que las cantidades fueran mayores que las vascas y los precios mucho más elevados. Para ello y
los costes del coque asturiano, Escudero (2003).
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Antonio Escudero, Antonio Parejo
Costes del ar
rabio en las fábricas siderúrgicas españolas (pesetas x tm).
Año 1899 para todas menos la de Málaga (1901)
Mineral hierro
* Los precios (pesetas por tonelada) y las cantidades (kilos) son la media aritmética de los de las fábricas de cada
región. Fuente: cuadro 3.
Dejando de lado esta perspectiva regional, en el cuadro 3 se observa que
el coste del lingote de Hauts Fourneaux (95,5 pesetas) era muy superior al de
las tres fábricas vascas –Altos Hornos de Bilbao (66,88), La Vizcaya (76,24),
San Francisco (77)– y también estaba por encima de los de las asturianas –La
Felguera (84,8), Mieres (88,7)–. Solo considerando una situación contrafac-
tual de consumo de mineral de hierro de Casariche concentrado verticalmen-
te, el coste malagueño hubiera sido algo inferior al de Asturias.
32
El mayor
coste del arrabio y el hecho de que cada tonelada de pudelado exigiera luego
32.
Los ingenieros fr
anceses estimaron que ese mineral se colocaría en Málaga a 12 pese-
tas la tonelada, de manera que los costes del arrabio hubieran sido entonces de 83,5 pesetas la
tonelada: mena de hierro, 24 pesetas (12 × 2 Tm) más 52,5 de coque, total 76,5, a las que hay
que añadir 7 de castina, salarios y otros gastos (véase el cuadro 3).
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1.100 kilos de hulla explica que el coste del hierro dulce en Málaga en 1901
fuera también mayor que en Asturias (220 pesetas la tonelada frente a 204).
33
Pese a producir a costes poco competitivos, la fábrica malagueña no inició
mal su andadura. El alto horno fue encendido en septiembre de 1900, pero la
producción de hierro dulce comenzó en 1899 beneficiando lingote de Vizcaya.
Como se observa en el cuadro 5, en 1902 y 1903 la producción de arrabio se
acercó a las 36.500 toneladas, rendimiento máximo de su alto horno. El mis-
mo cuadro indica que la factoría produjo 6.565 toneladas de hierro dulce en
1899 y el doble en 1903. Por su parte, el cuadro 6 señala que sus ventas de hie-
rros comerciales se duplicaron prácticamente entre 1899 y 1903 (6.565 tonela-
das el primer año y 12.483 el segundo), ganando cuota de mercado (7,82% del
consumo español en 1899 y 17,6% en 1903). También se observa en el cuadro
7 que la empresa obtuvo beneficios hasta 1904, aunque no repartió dividen-
dos porque las ganancias fueron reinvertidas.
cuadro
5
▪
Hauts four
neaux, forges et aciéries de Malaga. Producción de arrabio
y de hierro dulce (1899-1900) (toneladas)
Fuente:
G. Portilla (1985), p. 227.
33.
El coste en Málaga pr
ocede del rapport de mission y el de Asturias es el de La Felgue-
ra; Ojeda (1985), p. 300.
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Antonio Escudero, Antonio Parejo
cuadro
7
▪
Hauts four
neaux, forges et aciéries de Malaga. Beneficios y dividendos
a
ños
Beneficios (fr
a
Fuente:
AMT, Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, actas del consejo de administración.
La razón de la «anomalía» –ganar cuota de mercado produciendo a cos-
tes mayores que sus competidores– es que, entre 1899 y 1903
,
Hauts Fourneaux
vendió por debajo de los altísimos precios fijados por los dos cárteles existen-
tes en España, el Sindicato del Lingote, integrado por las tres factorías de Viz-
caya, y el Sindicato de Hierros Comerciales, del que formaban parte 12 empre-
sas.
34
La información disponible sobre las relaciones entre la fábrica andaluza
y ambos cárteles no es abundante. Sabemos no obstante que, preocupado por
la competencia de la empresa malagueña en el mercado cuprífero de Huelva,
el Sindicato del Lingote entabló con ella negociaciones que no fructificaron.
35
También sabemos que hubo conversaciones entre el Sindicato de Hierros Co-
merciales y Hauts Fourneaux que fracasaron porque esta solicitó un cupo que
el cártel consideró elevado.
36
Por último –y como se verá más adelante–, tras
la ruptura del Sindicato de Hierros Comerciales en 1904, la sociedad belga
in-
tentó en vano ingresar en la Central Siderúrgica, el nuevo cártel que se creó en
diciembre de 1906.
Pese a la buena coyuntura que la empresa atravesó hasta 1903, entre 1899
y 1904 se fueron gestando los hechos que condujeron a cerrar la fábrica en
1907. Veremos primero los relacionados con los costes de la empresa y su en-
deudamiento para entrar luego en la guerra de precios desencadenada en 1904.
Los propietarios de los terrenos por donde tenía que pasar el cable aéreo
que conectaba las minas con la estación de ferrocarril de Casariche llevaron el
asunto de las indemnizaciones a los tribunales de justicia, que paralizaron la
obra en 1899. Tomás Heredia, Jorge Loring y Francisco Silvela desplegaron
34.
Altos Hornos de Bilbao, La Vizcaya, La Felguera, Mieres, Moreda y Gijón, Material
par
a ferrocarriles y construcciones, Elgoibar, Araya, Vera de Bidasoa, Astepe y Federico Eche-
varría. Véase Sáez (2005).
35.
González Portilla (1985), p
. 207.
36.
González Portilla (1985), p
. 226, y Sáez (2005).
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La siderurgia malagueña (1899-1924)
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entonces sus influencias.
37
El pleito se aceleró y a mediados de 1902 el cable se
había montado con una inversión superior a la prevista a causa de las indem-
nizaciones. Sin embargo, en agosto de ese año se hundió una de las galerías de
las minas y un número indeterminado de obreros perdió la vida.
38
Todo ello
hizo que la mena de Casariche no llegase con regularidad hasta mediados de
1903 y que la empresa no pudiera rebajar costes por el lado del mineral de hie-
rro hasta entonces. Otro problema surgió poco después. En enero de 1904,
hubo que renovar el contrato quinquenal de suministro de carbón y la Peña-
rroya fijó un precio más alto, de manera que lo que se había ganado por el lado
del mineral de hierro se perdió por el del coque.
39
La empresa decidió en 1903 construir un horno Martin-Siemens de cola-
da continua con dos nuevos trenes de laminación, así como una vía férrea al
puerto. La evolución de su activo inmovilizado permite cifrar esa inversión y
las anteriores: 6 millones de francos entre 1899 y 1904.
40
Los fondos propios
(capital desembolsado y beneficios) fueron insuficientes para cubrir dicha can-
tidad, por lo que la sociedad emitió obligaciones y solicitó préstamos a un ban-
co belga, lo que desembocó en un elevado endeudamiento –su pasivo para con
terceros era de 275.000 francos en 1899 y de 4,2 millones en 1905.
41
Según consta en las memorias del consejo de administración, desde 1904 los
dos cárteles bajaron los precios de los productos siderúrgicos con el fin de «per
-
judicar a nuestra fábrica»
.42
El Sindicato del Lingote lo hizo en 1904 y 1905 y el
de Hierros Comerciales en 1904 para hacer frente a la competencia no solo de
Málaga, sino de otras fábricas que no formaban parte del mismo. En octubre de
ese año, Altos Hornos de Vizcaya abandonó este cártel y en 1905 bajó de nuevo
los precios obligando al nuevo sindicato (La Unión Siderúrgica) a hacer lo pro-
pio y a iniciar negociaciones que culminaron con la creación de la Central Side-
rúrgica en diciembre de 1906.
43
Esta era, pues, la situación de Hauts Fourneaux a mediados de 1905: des-
plome de ventas e ingresos desde 1904 porque los altos costes impedían afron-
tar la guerra de precios; acumulación de pérdidas (véase el cuadro 7) y elevado
endeudamiento. El consejo de administración trató de salvar la empresa cam-
37.
AMT, Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, acta del conse-
jo de administr
ación de 1902.
38.
Zambrana y R
odríguez Guerrero (2012) han aportado pruebas que demuestran que
el accidente fue consecuencia de una deficiente dirección técnica del laboreo.
39.
AMT,
Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, acta del conse-
jo de administración de 1904.
40.
Ídem, balances de la compañía. El alto horno costó 1,7 millones. La pr
eparación de
las minas de Casariche y el cable aéreo 1,2 y la acería 1,3.
41.
Ibídem.
42.
AMT, Hauts F
ourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, memoria del
consejo de 1904.
43.
González Portilla (1985), pp
. 226-228, y Sáez (2005).
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Antonio Escudero, Antonio Parejo
biando la dirección, buscando nuevo capital e intentando entrar en el cartel que
se estaba formando.
Se recordará que el informe del Crédit Lyonnais decía que uno de los
puntos débiles de la fábrica era su mala dirección y destacaba que, tras la
salida del ingeniero Belvaux en 1900, eran contramaestres quienes se encar
-
gaban del alto horno y de la sección de pudelado y laminación. Pues bien,
en una de las dos asambleas de accionistas celebradas en 1905, Émile Bone
-
hill reconoció que era preciso contratar a un ingeniero que sustituyera a Ri-
chet en la dirección general y que también se hiciera cargo de la técnica para
terminar la acería y mejorar la marcha del alto horno y de los trenes de lami-
nación.
44
Fue propuesto para ocupar el puesto Gustave Deschamps, que había
trabajado en fábricas rusas y en una de las de Bonehill. Tras un viaje a Mála-
ga, el ingeniero comunicó al consejo que la empresa era viable a condición de
conseguir dinero para terminar la acería, hacer frente a acreedores y disponer
de circulante.
45
El consejo de administración ideó entonces un plan financiero que fue apro-
bado en una asamblea de accionistas. Se redujo el capital en 1.750.000 francos
rebajando el valor nominal de las 35.000 acciones de 100 a 50 francos para equi-
librar el balance pasando esa cantidad a las amortizaciones del activo inmovili-
zado y luego se amplió capital creando 35.000 acciones nuevas por un valor de
50 francos cada una.
46
Se entró en contacto con la Société Minière et Métallur
-
gique de Monceau Saint Fiacre para que comprara acciones, cosa que aceptó al
principio renunciando luego a ello, lo que obligó a Bonehill a suscribir 10.000 y
a negociar con un grupo industrial y financiero del que formaba parte y que la
documentación no especifica un préstamo de 800.000 francos, comprometién-
dose dicho grupo a comprar acciones si la empresa mejoraba su situación. Esos
nuevos fondos sirvieron para hacer frente a las necesidades financieras de corto
plazo y para terminar la acería, que comenzó a producir a finales de 1905.
47
No conocemos con detalle las causas por las que se rompió el Sindicato de
Hierros Comerciales en 1904 ni tampoco las negociaciones que condujeron a
la formación de la Central Siderúrgica en diciembre de 1906 porque nadie ha
podido localizar los archivos de ambos cárteles si es que se han conservado.
Los textos que reproducimos más abajo aportan no obstante alguna informa-
ción relacionada con Hauts Fourneaux. El consejo de administración confia-
ba en que se formaría un nuevo cártel ya que una prolongada guerra de pre-
44.
AMT, Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, acta de asam-
b
lea de accionistas de 1905.
45.
Ídem, memoria del consejo de 1905.
46.
Ibídem. También Br
oder (1981), p. 1867. Esta medida no modificó la parte de los es-
tatutos referida a dividendos ni tampoco a derechos de los accionistas en caso de liquidación
ya que continuaban teniendo el de cobrar 100 francos por acción.
47.
Ibídem.
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La siderurgia malagueña (1899-1924)
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cios perjudicaba a todos los productores. También confiaba en que, dotada la
fábrica de la acería, su poder de negociación le permitiría conseguir una cuo-
ta del 12% en los hierros comerciales y por ello continuó produciendo pese a
acumular pérdidas. Esa cuota fue sin embargo rechazada.
Las pérdidas de este año se deben a que los precios del lingote y acero conti-
núan bajos. Todas las fábricas sufren la misma situación y por ello han comenza-
do las conversaciones para formar un nuevo sindicato. Si continuamos producien-
do y mostrando a los competidores que nos llegan pedidos, tenemos la convicción
de que nos harán proposiciones satisfactorias [...] Los productores metalúrgicos
en España están fuertemente protegidos, por lo que una fuerte subida de los pre-
cios será sin duda el resultado del nuevo acuerdo
.
48
A fines de 1905, M. Deschamps nos dijo que la reconstitución del sindicato era
inminente y que tendría como consecuencia una subida importante de los precios
que nos permitirá realizar beneficios. Todos los industriales metalúrgicos se reunie-
ron para este fin en Bilbao y nuestra empresa fue invitada a participar, pero en un
momento no hubo acuerdo sobre la cuestión del quantum de los repartos de parti-
cipación. Las peticiones sumaban más de un cien por cien. Málaga realizó una pro-
puesta equitativa: dividir ese exceso entre todas las fábricas disminuyendo así lige-
ramente nuestra petición del 12%, pero la intransigencia de ciertas firmas hizo que
se rechazaran todas las propuestas y que la reunión fracasara. Entonces se acentuó
una lucha insensata entre productores y hubo una nueva bajada de precios
.
49
En octubre de 1906 se celebró una asamblea de accionistas y obligacionis-
tas. Émile Bonehill inició su informe exponiendo que se había cumplido el plan
propuesto por el ingeniero Deschamps excepción hecha de la instalación de
dos nuevos hornos para calentar el acero antes de ser laminado y la construc-
ción de la vía férrea al puerto. Achacó los problemas de la fábrica a la guerra
de precios y añadió:
Nuestros competidores saben que nos hemos visto obligados a dejar fuera de
servicio el alto horno durante un mes justo cuando la acería llevaba una buena mar
-
cha.
50
Este hecho les ha animado a redoblar sus esfuerzos contra nuestra fábrica.
Han vuelto a bajar los precios y una fábrica de Bilbao ha hecho saber a nuestros
clientes que si nos seguían comprando, no encontrarían en Bilbao los productos
que nosotros no fabricamos
.
51
48.
AMT, Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, actas del con-
sejo de 1905. T
raducción al español de los autores.
49.
Ídem, actas del consejo de 1906. Tr
aducción al español de los autores.
50.
El alto horno fue apa
gado porque una inundación cortó la línea ferroviaria por don-
de llegaban el mineral de hierro y el coque. La noticia en AMT, Hauts Fourneaux, Forges et
Aciéries de Malaga. Legajo K271, Revue Financiére, 10 de septiembre de 1906.
51.
AMT, Hauts F
ourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, acta de la asam-
blea de accionistas y obligacionistas, 1906. Traducción al español de los autores.
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Antonio Escudero, Antonio Parejo
Émile
Bonehill continuó su exposición defendiendo la necesidad de produ-
cir y vender pese a obtener pérdidas porque era el único camino para ingresar
en el cártel y propuso dos medidas para ello. La primera, viajar a España para
solicitar personalmente al Banco de España un préstamo hipotecario de 700.000
pesetas alegando que sin ese dinero la fábrica tendría que cerrar dejando sin
trabajo a 1.000 obreros y la segunda, pedir a accionistas y obligacionistas que
aceptaran una reorganización del capital que terminara con el endeudamiento
de la empresa. Más en concreto, propuso lo que sigue. El capital social (2,25
millones francos representados por 45.000 acciones de 50 francos) se transfor
-
maría en partes sociales sin designación de valor para hacer desaparecer del ba-
lance el monto de las acciones. Se crearía un nuevo capital por valor de 5,5 mi-
llones de francos representado por 4.000 acciones privilegiadas serie A de
250 francos y por 9.000 privilegiadas serie B de 500 francos. La serie A (1 mi-
llón de francos) saldría al mercado y la B (4,5 millones) se repartiría entre obli-
gacionistas y acreedores a cambio de la deuda con ellos contraída. El reparto
de beneficios sería el siguiente: 5% a consejo, 35% a las acciones A, 30% a las
B y 30% a las antiguas acciones transformadas en partes sociales. Bonehill tam-
bién propuso que, en caso de liquidación, el orden de prelación fuera acciones
de la serie A, de la serie B y partes sociales. Hubo intervenciones de accionistas
y obligacionistas contrarias a la propuesta, pero se decidió retrasar la votación
hasta después de que el empresario belga viajara a España.
En febrero de 1907 se celebró otra asamblea. Bonehill informó de que ha-
bía conseguido el préstamo del Banco de España y volvió a pedir que se apro-
bara la reestructuración del capital para continuar produciendo ya que el car
-
tel terminaría por ceder. También dijo que, en caso de cierre y liquidación, la
fábrica se vendería por un precio muy bajo (unos dos millones de francos), cuan
-
do las deudas ascendían a 5,1, de manera que obligacionistas y accionistas no
recibirían nada.
52
Las dos primeras preguntas de los asistentes resultaron com-
prometedoras para Bonehill ya que tuvo que reconocer que un nuevo cartel se
había formado en diciembre de 1906 dejando fuera a Hauts Fourneaux y que
la empresa había tenido que comprar coque inglés a crédito porque la Peñarro-
ya le había cortado el suministro. A partir de ese momento se sucedieron inter
-
venciones muy críticas hacia el consejo de administración. Algunos accionistas
y el representante de los obligacionistas lo acusaron de haber realizado una gran
inversión recurriendo al endeudamiento y de haber tolerado una mala direc-
ción, poniendo como ejemplos el accidente de las minas de hierro y el nuevo
precio del coque exigido por la Peñarroya. Añadieron que los únicos beneficia-
52.
AMT, Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga. Legajo K271, acta de la asam-
b
lea de accionistas y obligacionistas, 1907. La deuda de 5,1 millones se desglosaba así: 3,3 a obli-
gacionistas; 0,7 al Banco de España y 1,1 a acreedores, belgas en lo fundamental. El argumento
de Bonehill fue que si la fábrica se vendía por 2 millones, los acreedores y el Banco de España
recibirían 1,8 y los gastos de liquidación ocuparían casi todo lo demás.
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La siderurgia malagueña (1899-1924)
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rios del negocio habían sido los consejeros, «que cobraban suculentos sueldos
y gratificaciones» mientras que no se había repartido dividendo alguno y, para
terminar, culparon al consejo de haber «practicado un imperturbable optimis-
mo frente a la realidad, habiendo hecho creer a accionistas y obligacionistas
que la fábrica ingresaría en el cártel».
53
En el acta de la asamblea se dice que la
votación fue contraria a la reestructuración del capital. La última noticia sobre
la empresa que aparece en el legajo del archivo de Roubaix es un artículo del
director de la
Revue Financière
Louis Magné en el que, tras informar que la fá-
brica se cerró en marzo de 1907, escribía:
Cuando se fundó la empresa de Málaga, el sindicato tenía los precios de los
laminados muy remuneradores. Pero la producción creció más deprisa que la de-
manda y entonces el sindicato se disolvió. Los precios cayeron por superproduc-
ción. [...] Las fábricas siderúrgicas españolas están protegidas por derechos aran-
celarios prohibitivos, pero no han sabido protegerse de ellas mismas. En lugar de
fuera, la competencia viene de dentro [...] La cuestión se complica por el hecho
de que el principal productor español ocupa una posición absolutamente privile-
giada [...] Altos Hornos de Vizcaya puede obtener beneficios pese a los bajos pre-
cios y tiene pues en sus manos a toda la siderurgia porque le basta con aflojar o
apretar para ahogar o dejar con vida a la mayoría de los productores [...] Esta es
la razón por la que Málaga ha cerrado al no poder mantener una lucha desigual.
54
Hauts Fourneaux, Forges et Aciéries de Malaga
fracasó por varias razo-
nes: error en la previsión de costes, mala dirección y falta de acuerdo con los
cárteles. En la parte final del trabajo intentaremos ofrecer una explicación que
simplifique el problema centrándonos para ello en la ausencia de ventaja com-
parativa de la factoría