Otra vuelta de tuerca, de Henry James

Henry James (1843-1916), neoyorquino de nacimiento y británico de adopción, es probablemente uno de los mejores escritores de habla inglesa de finales del siglo XIX y principios del XX. Fue un autor que creó escuela e influyó de forma determinante en literatos posteriores.

Otra vuelta de tuerca (1898) es, con toda probabilidad, su obra más conseguida. Por definirla de una forma muy sencilla, se trataría de una historia de fantasmas, aunque no debemos dejarnos llevar solo por las apariencias, porque James aprovecha ese entorno para hablar de una sexualidad sugerida más que ocurrida, en la que incluso se trata de insinuados abusos a menores.

El argumento se puede definir con lo ya dicho y unas cuantas palabras más, porque parece la típica historia en que una mujer es contratada como institutriz por una familia de posibles para que se encargue de dos huérfanos que viven en una mansión familiar.

Sin apenas demora, la nueva maestra se va dando cuenta que empiezan a ocurrir cosas extrañas en la casa, con apariciones de los antiguos sirvientes, ya fallecidos, e incluso estar poseídos por ellos. La trama resuelve lo que está pasando en realidad.