Bomber Command
18x23 cms
130 págs.
Publicado en 1941.
El Mando de Bombardeo británico fue, durante muchos meses, la única arma ofensiva contra Alemania. Tras algunos escarceos iniciales, los ingleses se cercioraron de que el bombardeo diurno era imposible y comenzaron con los raids nocturnos. El apostol de esta doctrina luego llamada Bombardeo de Zona, fue el mariscal Arthur Harris (que seguro hubiera sido juzgado como criminal de guerra si Inglaterra hubiera perdido la guerra). A diferencia de los norteamericanos, que usando la sofisticada mira Norden, eran capaces de efectuar bombardeos diurnos de precisión (evitando, por cierto, bombardear las fábricas de la Opel o la Ford, de capital yanky), los ingleses se limitaban a bombardear las ciudades. No destruían la industria, pero, como reconoció cínicamente Harris, los obreros alemanes no rendían mucho después de ver sus hogares destruidos y sus familares muertos. En Hamburgo, Colonia o Dresde, murió más gente en una sola noche que en Hiroshima y Nagassaki…
El libro está muy ilustrado con fotografías, mapas, diagramas. El bombardeo nocturno fue, entre otras cosas, una lucha altamente tecnológica. Medidas y contramedidas electrónicas se pusieron a prueba en una escalada que hizo adelantar sin duda la Ciencia décadas. De ahí proviene, entre otras muchas cosas, el empleo del chaff (tiras de aluminio que oscurecían la imágen radárica).
En fin. Un documento para la historia.