Dicen que dos cabezas piensan mejor que una, pero en el caso de Tuvar y Baddrah no sucede así, aunque el hecho de estar condenados a compartir cuerpo puede tener algo que ver. Antaño dos cazarrecompensas de cierto renombre, hoy sirven a Skeletor mientras buscan cómo deshacer el hechizo que los fusionó y los convirtió en el malvado bicéfalo.