El primer gran éxito de Riccardo del Turco. Una tonada perezosa y divertida como el mes estival que evoca. Llevaba años intentando el cantautor el reconocimiento popular y bien que lo consiguió, en esta etapa de su vida, en cambio, algo depresiva. Habían pasado los tiempos felices con sus amigos Endrigo y Paoli, paradojicamente, con su repertorio de canciones llenas de melancolia.