Obligación hipotecaria de 500 pesetas de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces(1907). En 1877, un grupo de pequeñas compañías ferroviarias andaluzas se unieron para formar la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces (también conocida como "Andaluces"), que comenzó con la línea Córdoba-Málaga. Poco después, aumentó su red con las líneas: Sevilla-Jerez-Cádiz, Utrera-Morón-Osuna, Osuna-La Roda, Jerez-Sanlúcar-Bonanza, Marchena-Écija, Campillos-Granada y Córdoba-Belmez. La compañía siguió creciendo durante el siglo XIX, construyendo y adquiriendo nuevas líneas. Las más destacadas fueron: Puente Genil-Córdoba, Écija-Córdoba y Alicante-Murcia, siendo esta última su única operación fuera del territorio andaluz. Con la apertura de la línea Puente Genil-Linares, en 1893 se creó un nuevo acceso a gran parte de Andalucía, al estar Puente Genil conectado con Córdoba, Málaga y Algeciras. La creación y crecimiento de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces detuvo los planes de expansión en Andalucía de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), que ya contaba con una conexión con Córdoba desde la meseta y con la línea Córdoba-Sevilla. La empresa siguió creciendo durante el siglo XX. En 1913 adquirió la línea Bobadilla_(desambiguación)-Algeciras y en 1916 toma en arriendo las líneas Linares-Almería y Moreda-Granada, de la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España, empresa que acabará absorbiendo en 1929. Andaluces controlaba la mayoría del transporte ferroviario en el sur de España, y llegó a ser considerada la tercera empresa de transporte ferroviario más grande del país. Desde el punto de vista financiero, sin embargo, la imagen era totalmente distinta. Exceptuando algunos años aislados, la compañía sufría pérdidas constantes. Como resultado de esto, el gobierno decidió expropiarla en 1936, al considerar su situación irrecuperable.