Este cuadro capta un invierno mágico en Nueva York. El emblemático edificio Chrysler, con su majestuosa aguja, destaca sobre un cielo rosa y lavanda que evoca una atmósfera de cuento de hadas. La calle está cubierta de una suave capa de nieve que cubre árboles y aceras con un blanco inmaculado que contrasta con los tonos fríos del paisaje urbano. La serena nevada añade un toque de tranquilidad a la energía de la ciudad. Óleo, lienzo, firmado. Barnizado.50 x 70 x 2 cm.