Crucifijo de madera chapeada, portando una representación de Jesucristo Crucificado, también esculpida en madera tallada y policromada.
Imagen de gran realismo, elegancia y belleza formal, en la que se ha buscado la mesura y el equilibrio en las formas y en la expresión.
Representado instantes después de la muerte, su rostro es sereno y de facciones distendidas, alejadas del dramatismo y del sufrimiento.
Trabajo de la Escuela Española de mediados del siglo XX.
Muy buen estado de conservación. Muy leves toques en policromías.
Dimensiones máximas del conjunto: 70 cm de altura y 40 cm de anchura.
La imagen de Jesús mide 36 cm de altura. La separación entre sus manos es de 32 cm.