Oswaldo Aulestia. óleo sobre lienzo. titulado “La moda de lumuta” del prestigioso artista Oswaldo Aulestia Bach, la obra va firmada en la parte inferior (Aulestia) Y en la parte trasera, fechada del año 1973. está bien enmarcada, el estado de la obra es muy bueno
Medidas de la obra: 35 cm. de altura x 25 cm. de ancho
Medidas con marco: 57 cm. de altura x 47 cm. de ancho
Hace pareja con el lote 168853132
CUADRO PERTENECIENTE A COLECCIÓN PARTICULAR
Oswaldo Aulestia está detenido por las autoridades estadounidenses por haber inundado el mercado de cuadros falsos de Miró, Picasso o Chagall. Es el mayor falsificador de arte del mundo, inundo Europa y Estados Unidos con cuadros falsos de Dalí, Picasso, Miró o Chagall. Fue detenido en el año 2000, en la denominada ‘Operación Artista’; un dispositivo policial internacional montado casi exclusivamente para el. Hasta en EEUU pidieron una extradición que fue denegada. Le dio igual: el barcelonés Oswaldo Aulestia, alias ‘Oswald’, siguió falsificando. Ahora, tras una laboriosa operación que se ha prolongado dos años, Oswald ha vuelto a caer.
Dicen los expertos que sus falsificaciones son de tal calidad, que son capaces de sortear algunos de los análisis periciales más exhaustivos. Es un perfeccionista, un artista, el mayor ‘delincuente del pincel’ del mundo, colocó cuadros por toda Europa, Canadá y hasta Japón, su mercado favorito era el norteamericano. En Estados Unidos consiguió endosar falsificaciones por valor de 4 millones de euros. Especialmente en el estado de Illinois.
Oswaldo Aulestia fue el elemento central de la ‘Operación Artista'; una investigación policial desarrollada en el año 2000 que acabó con sus huesos en prisión. Él era el se encargaba de elaborar el material que luego sus cómplices tenían que colocar por todo el mundo aprovechando sus contactos.
Salió de la cárcel y siguió Oswaldo con su actividad delictiva. Allá por 2007 se descubrieron falsificaciones suyas en otros estados, como Nueva York o Florida. El FBI se puso manos a la obra. Alertaron a las autoridades españolas del fraude y la justicia americana pidió su extradición que fue denegada.
Durante estos últimos diez años, la actividad de Oswaldo Aulestia ha seguido siendo frenética. De vez en cuando, su obra se dejaba ver. Un par de grabados vendidos por Ebay, pero él seguía oculto. Su capacidad para ocultarse exasperaba a las policías de medio mundo, que veían cómo los esfuerzos para intentar atrapar a un septuagenario resultaban estériles.
Las autoridades estadounidenses no se daban por vencidas y siguieron solicitando su extradición. Por ese motivo, la Audiencia Nacional de España dictó una orden de búsqueda y captura con ingreso en prisión para su extradición a Estados Unidos. Pero el bueno de Oswald seguía en paradero desconocido.
En diciembre de 2017, un juzgado de Barcelona emitió otra orden de localización y detención contra él como presunto autor de delitos contra la propiedad intelectual e industrial. De esta operación no se encargaron los Mossos d’Esquadra, como suele ser habitual en este tipo de casos en Cataluña. Fue la Policía Nacional la que se puso manos a la obra para pescar al delincuente del pincel. El Grupo Segundo de la Sección de Crimen Organizado de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Barcelona, en colaboración con el Grupo de Fugitivos de la Comisaría General de Policía Judicial han sido los cuerpos que, finalmente, han hecho que caiga Oswald, fue arrestado y paso a disposición judicial.
Parece el final de Oswaldo Aulestia, tal vez el mejor falsificador del mundo. El Maradona de lo pinceles. Un maestro en lo suyo, que podría haber alcanzado altas cotas de popularidad se hubiera invertido su talento en crear obras propias. Pero optó por la vía delictiva. Por la falsificación, que también le reportó pingües beneficios. También en esto de la estafa fue un maestro, pero al final, tras dos años de arduas investigaciones y de pesquisas infructíferas, acabó cayendo. Parece el final, pero los que lo conocen creen que, si en algún momento vuelve a salir en libertad, volverá a hacer lo que mejor se le da en esta vida: falsificar cuadros.